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Publicado el 11 de junio de 2019

Claves para ser feliz en el trabajo

Claves para ser feliz en el trabajo

Que título más sugerente ¿verdad? Pero, pensarás: “Uy ya me gustaría, pero eso debe de ser muy difícil”. La siguiente pregunta que te viene a la mente es: ¿Es posible?, ¿cómo lo puedo conseguir?, ¿qué tengo que hacer para ser feliz en el trabajo? ¡Pues si quieres que te diga la verdad es mucho más fácil de lo que te imaginas!

En este artículo te doy algunas claves para conseguirlo.

Céntrate en aquello que depende de ti

 Ante los problemas que puedan ocurrir en el día a día, analiza qué puedes cambiar, sobre qué puedes actuar y ponte manos a la obra para solucionarlo. ¿De qué te sirve: protestar, enfadarte, quejarte, ¿darle vueltas y vueltas a lo que ha ocurrido?, ¿eso te ayuda en algo? La actitud saludable ante las adversidades es: “cambiar lo que puedes cambiar y aceptar lo que no puedes cambiar”.

 

Focalízate en el proceso y más adelante en el resultado

Es muy importante conseguir resultados, pero si no consigues el resultado esperado, analiza qué ha pasado para que esto haya ocurrido, en vez de flagelarte por el “no resultado”, esto aparte de no solucionar nada, impide avanzar y mejorar, además de contribuir a tu malestar.

 

Soluciona los conflictos

Cuando tengas un conflicto con alguna persona del trabajo, focalízate en pensar cómo puedes arreglarlo, prepara una conversación con esa persona enfocándote en la solución y pregúntate: ¿Qué tendría que pasar para que esto se solucionara? Haz lo mismo si ha habido algún problema con un cliente. Es importante, tras realizar un análisis, saber qué ha podido pasar y ponerse manos a la obra para solucionarlo, y no dejar pasar el tiempo. Es lógico que, por miedo, procrastines ponerte en marcha a encontrar una solución, pero esto, aparte de no solucionar nada, puede hacer más grande el problema y contribuir a agrandar el malestar de la otra persona. Preparar una conversación pendiente, te ayudará más a que salga bien. Y cuidado, ¡no se trata de practicar “la parálisis por el análisis”!

 

Valora lo que tienes a nivel profesional

Piensa cómo eras a nivel profesional hace 10 años y piensa cómo has evolucionado, donde estás ahora, qué has conseguido. Piensa en las cosas buenas de tu empresa, tus responsables, tus compañeros/as.

 

Tómate un descanso

Como dice el refrán “no por mucho madrugar amanece más temprano”. Hacer un descanso, ni que sea de 5 minutos cada 90 minutos de trabajo, levantándote de la mesa, te ayuda a oxigenar tu cerebro y a reemprender la actividad que estés realizando con más energía, además de contribuir a evitar la fatiga ocular. No hacer pausas, contribuye a generar estrés y ¡no del positivo!

 

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“El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito.”

Albert Schweitzer

 

Revisa y anota tus logros

Cada vez que consigas un logro (por ejemplo: un cliente nuevo, hacer una buena oferta, solucionar un problema, etc.), coméntalo con tu responsable y/o un compañero y/o familia y además escríbelo. Ten disponible un “Cuaderno de logros”, esta sencilla práctica te servirá para anclar tus éxitos y además generar serotonina (la hormona de la felicidad) cada vez que lo escribas y leas.

 

Analiza tus talentos y fortalezas

La mayoría de las veces solemos “castigarnos mentalmente” pensando en lo que no tenemos, no sabemos, hacemos mal, es decir, en nuestros puntos débiles, en nuestros defectos, pero ¿te has parado alguna vez a pensar en tus talentos, en tus fortalezas, en aquellas cosas que haces bien? Pues este es el momento, anota en tu “Cuaderno de logros”, mencionado en el punto anterior, tus puntos fuertes y talentos.

 

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Focalízate en mejorar

Y para aquellos defectos, debilidades o puntos que no te gustan de ti, haz un plan de acción realista y sencillo para mejorarlos. Te puede ayudar la evaluación de desempeño hecha con tu responsable: define acciones concretas que vas a realizar y fechas en que las vas a realizar (curso de inglés, mejorar el uso de Excel, etc.). Si te comprometes con tu plan, éste dará sus frutos y te servirá para ponerlo en tu cuaderno de logros.

 

Ayuda a tus compañeros/as

Piensa en aquellas personas cuyo trabajo depende del tuyo, facilítales su trabajo en lo que puedas, si no puedes cumplir un compromiso con un/a compañero/a, avísale con antelación. Trata de prestar ayuda, cuando ésta sea requerida y si puedes hacer de mentor con las nuevas incorporaciones ¡hazlo!  Esta práctica te ayudará a crear un clima positivo. Igual estarás pensando: “con todo el trabajo que tengo, como para ponerme a ayudar… ya querría yo tener tiempo”, pero hazte esta pregunta: ¿si yo no ayudo a los demás, si incumplo compromisos y paso de comunicárselo a la persona afectada y me escudo en que tengo mucho trabajo” …  ¿Qué piensas que recibirás de los demás? La respuesta es obvia. Ayudar a los demás, contribuye a aumentar el compañerismo, la productividad y en definitiva el buen ambiente.

 

Agradece todo lo que tienes en tu vida

La felicidad no se consigue “focalizándote en todo lo que te falta, en todo lo que no tienes”, sino en “reconocer, apreciar y agradecer todo lo bueno que tienes o eres” por ejemplo: “Tengo un trabajo”, “me gusta mi trabajo”, “estoy sano”, “tengo una familia”, “soy un buen profesional”, etc. Concéntrate tanto en el “tener” como en el “ser”. Escribir todos los días 3 cosas que puedes agradecer te ayudará a que tu cerebro “aprenda la conducta de focalizarte en lo positivo”. Crea tu diario de agradecimientos. Esto tiene su base en un experimento realizado en la Universidad de Harvard en la cátedra de “Pensamiento Positivo”.

 

Piensa en positivo

El cerebro humano ha evolucionado con la facultad de recordar las amenazas y tenerlas presentes, y por ello tendemos a concentrarnos más en lo negativo que en lo positivo, a lo que se añade las experiencias que hayamos tenido en la vida. Para desafiar este hábito y te concentres en lo positivo, te sugiero estas sencillas acciones: evita las críticas, evita los pensamientos negativos y cada vez que tengas alguno busca el positivo, haz diariamente el “Diario de Logros” y el “Diario de Agradecimientos”. Ahora tu cerebro, te estará diciendo: “¡como si tuviera tiempo de pararme a hacer esto!”. Pues bien, ¡¡¡te reto a que compruebes que ambas prácticas como mucho te llevarán 10 minutos!!! ¿Y que son 10 minutos al día comparado con la posibilidad de ser feliz en el trabajo? Y si te da un poquito de alergia escribir en papel, utiliza tus dispositivos móviles (grabarlo por voz, también sirve).

Además, si tú eres feliz contribuyes a crear un ambiente de trabajo feliz, una empresa feliz donde todo el mundo quiera ir a trabajar y quedarse.

¿Sabías que sentirse feliz en el trabajo además de aumentar la satisfacción personal, la autoestima y la productividad, favorece la creatividad y el interés por innovar? ¡competencias básicas en tu sector de actividad!

Si el día tiene 24 horas y más de un tercio lo dedicas a trabajar y en el otro tercio duermes (muchas veces mal a causa del malestar en tu trabajo), ¿no crees que compensa ser feliz en el trabajo y poner tu grano de arena en el bienestar de todas las personas que te rodean?

Y tú, ¿eres feliz en el trabajo?

 

Etiquetas: Talento

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