La entrevista es tu oportunidad de demostrar qué gran profesional eres o en lo que puedes convertirte. Pero cuando tienes una entrevista de trabajo, ¿cómo te preparas? Antes de cualquier entrevista, se requieren tres tipos de preparación: psicológica, personal y profesional. Aprende todo sobre estos tres aspectos y prepárate para enfrentar tu próxima entrevista de trabajo.
La entrevista de selección supone todo un RETO, que implica para cualquier candidato/a una TRIPLE PREPARACION:
En esta fase es fundamental que “tus pensamientos sean positivos y productivos”, lo que implica:
Creemos lo que pensamos. Focalízate y maximiza aquellos aspectos en lo que eres bueno/a y que eres el/la mejor candidato/a para ese puesto.
Si te falta algún requisito (idioma, experiencia en algún punto, etc.) piensa en los argumentos que vas a dar para convencer a la persona de RRHH, de que los puedes adquirir o de que tienes otras capacidades, habilidades o recursos para suplirlos. Mentir, puede crearte problemas. Decir que sabes ingles cuando no lo sabes, puede ser un grave problema. ¡Imagina que el primer día en la empresa has de hacer una reunión en ingles dentro de un proyecto internacional!
En la entrevista, es muy importante que focalices todas tus energías en el puesto concreto al que aplicas, pero también en las posibilidades futuras dentro de esa empresa.
Si sabes “dejar huella” en la entrevista o venderte para otra posición, quizá no te seleccionen para ese puesto concreto, pero es probable que te tengan en cuenta para procesos futuros. Sentirte abatido/a en el transcurso de la entrevista, porque te das cuenta que te faltan “X” requisitos para ese puesto, es lo peor que puedes hacer, ya que estas “quemando tus posibilidades futuras” y dando una pobre imagen a quien te entrevista.
Una entrevista es una situación con un alto componente de tensión: “alguien está decidiendo sobre tu futuro laboral” y este hecho, a unos más y a otros menos, nos pone nervioso/a. Para gestionar tus nervios, puedes hacer la semana previa a la entrevista una relajación cada día, visualizándote en el momento de la misma, tranquilo/a y confiado/a. También te ayudara mucho prepararla previamente y ensayarla con alguien de tu confianza.
Busca información de la empresa, busca contactos que te puedan informar sobre la misma, prepara a fondo las posibles preguntas que te pueden hacer o que tú puedas hacer.
Es decir define claramente tus objetivos frente a la entrevista. No solo es importante que te seleccionen, también es importante tener como objetivo “dejar huella” para posibles proyectos futuros, además de sentirte orgulloso/a de la misma por las capacidades puestas en práctica durante ella y que te pueden servir como fuente de aprendizaje para entrevistas posteriores.
En caso de no conseguir el puesto, piensa que hay muchas más empresas y puestos y es probable que el paso del tiempo te demuestre que quizá aquella no era la mejor opción o que había otras opciones igualmente buenas o incluso mejores. Pero sobre todo piensa ¿a qué te ayuda darle vueltas y vueltas a este hecho y deprimirte? Esta actitud, puede ser que incluso te perjudique, ya que es probable que dejes de mirar ofertas (para evitar recibir más “NOES”) y pares durante un tiempo tu proceso de búsqueda, pudiendo perder buenas oportunidades. Es importante que interpretes el “NO”, asociado a la situación puntual en que se ha producido, y que no generalices a todas las posibilidades que tienes por delante.
El “dialogo interno” es todo aquello que nos decimos a nosotros mismos frente a cualquier situación de la vida y determina nuestra conducta. Si te dices a ti mismo/a “voy a prepararme, seguro que lo consigo, voy a estar tranquilo/a, etc.” Es bastante probable que tu conducta sea positiva y productiva, en cambio si tu dialogo interno es negativo: “me voy a poner nervioso/a, seguro que hay gente mejor que yo, ¿y si me hacen alguna pregunta rara?, etc.” ¿Te imaginas lo que puede pasar, verdad?
Has de tener en cuenta que en la entrevista hay dos áreas a analizar: la técnica cuyas preguntas están relacionadas directamente con el puesto a cubrir (conocimientos, experiencia, formas de trabajo, procedimientos, etc.), y la personal (donde lo que interesa es el perfil personal (competencias y actitudes). Por ejemplo trabajo en equipo, comunicación, orientación a resultados, tolerancia a la frustración, etc. Puedes ser un gran ingeniero/a, analista programador o desarrollador/a web pero has de tener en cuenta que no trabajas en solitario, que hay clientes, managers, compañeros/as, problemas, desafíos, etc. y lo importante es saber cómo gestionar todo esto.
La mejor manera de convencer de que tienes unas determinadas cualidades o puntos fuertes es buscar ejemplos concretos para convencer a la otra persona de que existen. Por ejemplo, si uno de tus puntos fuertes es el “trabajo en equipo”, busca ejemplos de ello. Por ejemplo explica cuando te integraste con éxito en un equipo ya formado, el haber trabajado con diferente tipo de interlocutores o perfiles o cuando implementaste con éxito un programa que implicaba a varios equipos de trabajo, etc.
La motivación es el motor que nos pone en acción y trabajar para una empresa, proyecto, cliente que te motive es lo mejor que te puede pasar. Por el contrario trabajar para una empresa, puesto, cliente que no te motive es complejo de gestionar. Muchas veces, llevados por la necesidad de conseguir un trabajo, puede que no te pares a pensar “si esa opción te motiva” y si con el tiempo te das cuenta que no… es difícil estar 40 horas a la semana en un sitio que no nos motiva además de que por lo general esto implica una disminución del nivel de desempeño.
¿Qué más quieren las empresas que personas “enamoradas” de su empresa, proyecto o cliente? Además de que a ti te permitirá levantarte cada día contento/a por estar donde estas ¡lo cual es una gran fuente se felicidad!
En esta fase has de preparar todos los aspectos relacionados con tu experiencia y competencia técnica.
Puede ser que esta entrevista sea realizada por alguien de perfil técnico, cuyo fuerte es la parte técnica, pero no la entrevista de selección. Y por ello, puede que la relación con esta persona no sea muy fluida. Cuida tu relación con esta persona y céntrate en explicar de la manera mejor y más completa tu experiencia. No te centres en pensar: “que poco habla, que poco expresivo/o, parece serio/a, etc.
Si por el contrario, el análisis de tu experiencia y trayectoria profesional te lo hace alguien no técnico, esfuérzate por explicar de la manera más clara y comprensible posible para esa persona, tu experiencia, conocimientos y trayectoria.
Trayectoria profesional, conexión del perfil profesional con el puesto, conocimientos y competencias técnicas, etc.
Seguro que esta parte que es la que mejor se te da explicar, pero para maximizarla y sacarle el máximo partido. Habrás de trabajar a fondo la preparación psicológica y personal
¿Y tú? Normalmente cuando tienes que hacer una entrevista ¿Qué parte preparas más?
La entrevista es tu oportunidad para demostrar ese/a gran profesional que eres o que puedes llegar a ser. Lo importante es que la prepares bien a nivel psicológico, personal y profesional, confíes en tus capacidades y generes un dialogo interno positivo.