Hace ya tiempo que me preocupa y me interesa la cuestión relativa al bajo índice de mujeres en estudios y profesiones STEM (Science, Technology, Engineering and Maths). ¡¡¡¿Por qué hay tan pocas?!!! Esta cuestión nos debería preocupar más a las/os empresarias/os ya que, según un estudio de Morgan Stanley “las compañías tecnológicas con una gran diversidad de género, consiguen un 5,4% más de retorno anual que las empresas con menos diversidad de género”.
Hace justo un año, comentamos esta cuestión con el equipo de Marketing de BETWEEN Technology. Este pequeño, pero hiperactivo equipo, estuvo buscando iniciativas relacionadas y encontró el programa de mentoría M2m de la Universidad Politécnica de Cataluña, donde las Dones Politècniques de la UPC fomentan el empoderamiento y el desarrollo profesional de tituladas UPC y de estudiantes, tanto en el ámbito académico como profesional, con la colaboración voluntaria de mentoras (mujeres con amplia experiencia profesional). La idea me encantó y me apunté como mentora.
Después de una sesión de presentación del programa y de una formación en coaching y mentoría con Eva Sánchez, me enfrenté a mi primera sesión de mentoría con mi mentorada. Os tengo que confesar que estoy ilusionada con el programa pero que, al mismo tiempo, me provoca cierto respeto: ¿haré de “abuela cebolleta?, ¿hablaré demasiado?, ¿sabré llevar a cabo una escucha activa?, ¿mis sugerencias le serán de utilidad a mi mentorada?
Afortunadamente la sesión de formación en coaching me dio algunas pautas para, en vez de aleccionar (odio que me lo hagan a mí), guiar a mi mentorada para que ella misma encuentre las respuestas/conclusiones a través de preguntas. Y, a pesar de mis miedos e inexperiencia, creo que la primera sesión con la mentorada fue bastante bien.
En esta primera sesión he aprendido (o recordado) que la juventud no implica una falta de juicio e, incluso, sabiduría. También me he dado cuenta de que mi mentorada es una mujer fuerte y curiosa con un futuro brillante, de eso estoy segura.
Aun así, me preocupa que, de alguna manera inconsciente, pueda condicionarla con mis prejuicios, ya que todos tenemos alguno.
Por eso he decidido reflejar la experiencia en este blog, para pediros ideas, opiniones y por qué no, críticas. No sobre los objetivos y decisiones que vaya desarrollando la mentorada, dado que eso es privado, sino sobre mi manera de darle apoyo.