Lo que venimos llamando nueva normalidad, esa que nos ha traído la crisis provocada por la Covid-19, va a crear cambios sustanciales en lo referente a la gestión dentro de la empresa. De hecho, hace unos días hablábamos de los cambios que ha traído a nivel de cultura empresarial. Pero hay muchos más… Uno de los activos más importantes de cualquier compañía es el capital humano con el que cuenta. En muchas ocasiones, los profesionales cuentan con habilidades que pueden estar ocultas o desaprovechadas, algo que ahora es esencial para superar los momentos que se avecinan y en lo que el concepto de reskilling cobra una importancia capital.
¿Qué es el reskilling?
El restkilling és una forma de reciclaje del talento del trabajador. El término se toma prestado del ámbito anglosajón y se utiliza para referirse normalmente a algo que ya se conoce dentro de cualquier empresa. Esto no es otra cosa que el reciclaje profesional, aunque con ciertos matices en este caso.
Normalmente, este reciclaje al que hacemos referencia se ha impuesto como una necesidad para el trabajador individual que decidía mejorar en su situación laboral o que se encontraba en situación de desempleo por cualquier motivo.
Ante estos casos, los expertos en búsqueda de empleo recomiendan que el profesional realice un proceso de reciclaje para adaptarse a nuevos roles laborales, pero no es eso de lo que se trata el concepto al que nos estamos refiriendo aquí.
El reciclaje al que remite este término es más bien una propia estrategia de la empresa. En muchos casos, los departamentos de recursos humanos pasan por alto el talento de sus propios empleados y se lanzan sin más a la contratación de nuevo personal.
Evidentemente, la contratación es inevitable en muchos momentos, pero no en todos. El reskilling es una estrategia que se basa en reciclar continuamente a los propios empleados haciéndoles tomar conciencia de sus propias habilidades en diferentes puestos.
Es más, la movilidad dentro del organigrama de la compañía es fundamental para poder llevarlo a cabo de una forma correcta. Cualquier empleado que entre en una compañía que apueste por esta estrategia tendrá que estar preparado para ocupar puestos diferentes en distintas áreas a lo largo de su recorrido profesional.
De esta forma, más que un reciclaje individual se trata de una forma de reeducar al trabajador convirtiéndolo en un activo mucho más valioso capaz de enfrentarse a retos dispares dentro de un mismo organigrama corporativo.
Ventajas del reskilling
No es complicado advertir que la empresa puede beneficiarse enormemente de profesionales capaces de asumir varios puestos con igual efectividad, y es que hay que dejar de lado que la idea de la ultra especialización del capital humano es la única vía para que una empresa progrese.
Al contrario, la flexibilidad profesional reportará muchos beneficios a la compañía que apueste por ella. Hablamos de, por ejemplo, la posibilidad de contar con plantillas más cortas debido a la enorme movilidad dentro de la organización que puede tener un mismo trabajador.
Esto es capaz de hacer que los puestos que necesiten un refuerzo se cubran en cualquier momento con los propios recursos de la compañía sin necesidad de ir al mercado de contratación para satisfacer una necesidad puntual.
Como apuntamos, contratar es necesario, pero hay situaciones muy concretas limitadas en el tiempo en las que las contrataciones por cortos periodos de tiempo solo añaden un elemento a un equipo que no terminará de identificarse con el mismo debido a la falta de tiempo.
Este problema de adaptación no se produce en el caso del reciclaje de un profesional que ya conozca la cultura laboral de la compañía. Junto con ello, es imposible no advertir que las plantillas más cortas suponen la mayoría de las veces gastos en salarios más bajos, algo que puede traer aparejados tanto beneficios para el empresario como para los trabajadores.
Por otro lado, invertir tantos recursos como empeño por parte de la compañía en la reeducación de los trabajadores y en sacar a relucir sus verdaderas habilidades es algo que reforzará la identificación del trabajador con la compañía.
Esto último es algo importante. Está más que comprobado que los empleados que advierten que sus funciones son fomentadas e incluso que descubren nuevas capacidades gracias al reciclaje interno son profesionales más motivados y con una mayor identificación con el objetivo de la compañía.
¿Qué papel jugará en la nueva normalidad?
Si al comienzo de este escrito hicimos referencia a la nueva normalidad que la Covid-19 ha creado en el mundo de la empresa, no fue por casualidad. Muchas compañías han tenido que reducir al máximo sus plantillas debido a las dificultades económicas aparejadas a esta nueva crisis.
Según el informe ‘Decoding Global Talent’, de Boston Consulting Group y la firma de headhunting internacional The Network, hasta el 61% de las compañías han asumido que este proceso de reciclaje laboral interno va a ser fundamental para poder capear el temporal de dificultades que la situación trae consigo.
La cifra no es para nada despreciable, ya que sirve para expresar de forma muy clara que son muchas las grandes compañías que han empezado a ver en esta estrategia una salvación de cara al futuro.
Los responsables de empresas españolas consultados en el estudio que hemos citado señalan que las nuevas características del mundo empresarial demandarán la existencia y formación de trabajadores polivalentes y dinámicos que sean capaces de afrontar procesos continuos de reciclaje para adaptarse a las necesidades concretas que en cada momento tenga una compañía.
Y, por supuesto, estos trabajadores no surgen de la nada. Es la empresa y la cultural laboral las que tienen que producirlos. La Covid-19 ha venido a crear un mundo cambiante en grado extremo que no deja de cambiar sus necesidades a unas velocidades realmente altas.
De esta forma, la rigidez con la que siempre se han entendido los puestos laborales dentro de la empresa, los directivos y los ejecutivos, deben quedar aparcados, algo que solo se conseguirá con esa reeducación de la que hemos venido hablando hasta el momento.
Las nuevas tendencias en la gestión del talento
Claro que todo lo que hemos dicho hasta el momento debe estar apoyado en una gestión por parte de los recursos humanos de una empresa que posibilite reeducar de forma adecuada.
En este sentido, las tendencias más novedosas marcan que la compañía deberá crear un plan de formación interno que afecte a todos los profesionales de la empresa y que los acerque a aquellas áreas que estén más alejadas de su situación profesional.
Este plan de formación deberá estar basado en una estrategia anterior: reconocer las necesidades, puntos fuertes y debilidades de una plantilla laboral concreta. Aquí es donde entran en juego los departamentos de recursos humanos, y es que son la piedra angular sobre la que se apoyará el reciclaje interno de los profesionales.
Por último, hay que crear un ambiente en el que el trabajador tenga fácil eso de decantarse por una formación que lo recicle y lo haga más polivalente en la empresa. Es decir, hay que estimularlo de cualquier forma y no pretender que el proceso se lleve a cabo mediante la obligación, algo que no será visto por el profesional como un mero añadido a la carga de trabajo que ya soporta.
En definitiva, reeducar y reciclar al trabajador aumentando sus capacidades y su versatilidad dentro de la empresa se presenta como algo fundamental dentro de la nueva normalidad que hay que afrontar en el mundo empresarial posterior a la Covid-19.